Moscú, 22 oct (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, negó hoy que su país interfiera en los asuntos de Estados Unidos, que acusó a Rusia e Irán de intento de injerencia en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
"Usted ha dicho que Rusia trabaja activamente, interfiere activamente. Y yo digo que nosotros no interferimos en ninguna parte", dijo Putin durante una intervención en el club internacional de debate Valdái.
Putin resaltó que "todas las investigaciones" realizadas oficialmente en EE.UU. "no condujeron a nada" y sólo constataron "la ausencia de pruebas de la injerencia rusa".
Admitió que los crímenes en el ciberespacio "los hubo, los hay y los habrá", pero consideró crucial que Rusia y EE.UU. lleguen a un acuerdo en ese terreno en ciberseguridad, ya que "es extremadamente importante para todo el mundo".
"Creo que no hay que poner condiciones previas para iniciar el diálogo. Hay que sentarse de inmediato y llegar a un acuerdo. ¿Qué hay de malo? No estamos proponiendo nada que no responda a los intereses de nuestros socios", aseguró.
Recordó que en sus últimos meses en el poder, Barack Obama mostró interés al respecto, pero dejó el poder y hubo que empezar "de cero" con la nueva Administración estadounidense.
"Si alguien considera que otro interfiere en sus asuntos, vamos a establecer unas reglas generales y elaboremos unos instrumentos de verificación y control", precisó.
Y expresó su confianza en que, "cuando las elecciones (en EE.UU.) terminen, nuestros socios vuelvan a este tema y reaccionen positivamente a nuestra propuesta".
El director de la Inteligencia Nacional de EE.UU., John Ratcliffe, denunció el miércoles que Rusia e Irán han obtenido información de votantes estadounidenses y que están tratando de interferir en los comicios.
"Queremos alertar a la población de que hemos identificado que dos actores extranjeros, Irán y Rusia, han tomado acciones específicas para influir en la opinión pública en relación con nuestras elecciones", dijo.
Según el director de la Inteligencia Nacional, tanto Rusia como Irán han accedido a datos de votantes estadounidenses, una información que Teherán ya habría usado para perjudicar al presidente, Donald Trump, de acuerdo con Ratcliff