La gran dependencia de este sector hace que los pronósticos de crecimiento para el país sean poco halagüeños.
“Los países con las mayores revisiones a la baja serían aquellos donde el turismo tiene más peso en la economía, como son Belice y República Dominicana”, consta en el estudio “El impacto del COVID-19 en las economías de la región (Centroamérica)” publicado este mes por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pérdidas como porcentaje del PIB
Para el cierre de este año se prevé que los ingresos por turismo se reduzcan alrededor de 30%, lo que equivale a un 2.3% del Producto Interno Bruto (PIB), según uno de los mejores de los escenarios plasmados en el informe.
Si la pandemia dura tres meses, en el mejor escenario la reducción de ingresos por turismo como porcentaje del PIB sería de 0.8%, en un escenario pesimista 1.3% y en un caso extremo 2.0%.
Si dura seis meses en el escenario medio las pérdidas equivaldrían al 1.5% del PIB; en uno pesimista a 2.5% y el caso extremo a 4.1%. Si se extiende por nueve meses el impacto sería 2.3%, 3.8% y 6.1% en cada escenario respectivamente, de acuerdo a los cálculos de los expertos del BID.
A esto se suma, reseña el informe, los efectos que tendría el choque negativo al turismo en la agricultura, la manufactura, la construcción y los servicios, puesto que este sector adquiere 45% de sus insumos de proveedores locales y emplea a unas 728,500 personas directa e indirectamente, lo que equivale a 16% del empleo total.
Se estima que actualmente un 80-90% de los trabajadores formales del turismo se encuentran suspendidos, unas 288,000-324,000 personas, indica el informe.
“La severidad del choque a la demanda dependerá del manejo del brote por las autoridades locales y de su evolución en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Rusia, España e Italia. Se realizaron estimaciones de las posibles pérdidas de ingresos por turismo tomando en cuenta diferentes escenarios de severidad del choque y de extensión de la crisis sanitaria”, precisa el estudio.