El medio obligó a Felicia Sonmez a borrar el mensaje y también a tomarse una licencia administrativa. Sus compañeros emitieron un escrito en su defensa.
El pasado domingo 26 de enero las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencia por la muerte de Bryant en un accidente en helicóptero. En el vehículo aéreo también iba su hija Gianna, de 13 años, que falleció en el acto. En medio de esa catarata de tuits, la periodista quiso mencionar el caso de abuso contra el ex jugador de la NBA y compartió un enlace de una crónica escrita por Marlow Stern en The Daily Beast.
El mensaje de Sonmez generó una ola de rechazo en las redes sociales. Un usuario compartió la dirección de su casa y varios otros la amenazaron de muerte. Ante ese hecho, la periodista se puso en contacto con el editor ejecutivo de The Washington Post, Tracy Grant, y su editor, Peter Wallsten, para avisarles sobre las intimidaciones que recibió.
Washington Post reporter @feliciasonmez deleted her crass tweets about Kobe Bryant. But screen grabs are forever – and I took some before she deleted the tweets.
Bye, Felicia.
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La respuesta de Grant no fue la que la comunicadora esperaba: le dijo que eliminara el mensaje o estaría violando la política de uso de redes sociales del medio. Después de que Sonmez lo hiciera, la obligaron a tomarse licencia administrativa para que la dirección revisara si realmente se saltó alguna normativa de la empresa. “Los tuits mostraron un juicio pobre que socava el trabajo de sus colegas”, fue el argumento que usó el directivo según una columna de opinión de Erik Wemple, compañero de la periodista.
En esa misma nota, Wemple explicó que Sonmez denunció en 2018 a Jonathan Kaiman, ex jefe de la oficina de Beijing de Los Angeles Times, por abuso sexual. El incidente sucedió en septiembre de 2017 después de una noche de borrachera en la capital china. Después de una investigación del rotativo de la costa oeste, el hombre renunció pero no reconoció el hecho.
En defensa de su compañera, Wemple escribió: “La reacción violenta contra Sonmez proviene de la antigua sabiduría que insta a la gente a no hablar mal de los muertos. Es una buena regla para todos, excepto para historiadores y periodistas, en quienes el público confía para proporcionar datos y todas las miradas sobre la vida de las personas influyentes.
Bryant califica claramente, al igual que el incidente particular que Sonmez estaba señalando en su tweet”. Asimismo, destacó que en un perfil de Bryant publicado en noviembre de 2018 The Post incluyó un recuento sustantivo del incidente. Los obituarios también incluyeron mención del caso.
Los tuits mostraron un juicio pobre que socava el trabajo de sus colegas, dijo Grant
La redacción de TWP también salió en defensa de su compañera y emitió un comunicado en el que exigió al medio la reincorporación de Sonmez y que se le brinde protección tras las amenazas de muerte que recibió.
“Entendemos que las horas posteriores a la muerte de Bryant el domingo fueron un momento difícil para compartir informes sobre acusaciones pasadas de agresión sexual. La pérdida de una figura tan querida y de tantas otras vidas, es una tragedia.
Pero creemos que es nuestra responsabilidad como organización de noticias decirle al público toda la verdad tal como la conocemos: sobre figuras e instituciones tanto populares como impopulares, en momentos oportunos e inoportunos”, señalaron en el escrito.
La redacción recordó en el comunicado que cuando la periodista hizo la denuncia de abuso de la que fue víctima el medio no le dio su apoyo. Asimismo, consideró que este último accionar refleja las “fallas fundamentales” y la “arbitrariedad” en las políticas de uso de redes sociales del rotativo.
“Hemos visto repetidamente a colegas, incluidos miembros de la gerencia, compartir opiniones contenciosas en plataformas de redes sociales sin sanción. Pero aquí hay una colega valiosa que es censurada por hacer una declaración de hecho”, se sostuvo en el comunicado. Y se agregó: “Nos preocupa la falta de voluntad de The Post para ser transparente sobre este tema, y estamos alarmados por la implicación de que los periodistas serán penalizados por hablar sobre cualquier tema que no sea de su agrado".
“La compañía debe emitir una declaración condenando el abuso de sus reporteros, permitir que Felicia regrese al trabajo, rescindir las sanciones impuestas y proporcionarle con cualquier recurso que pueda solicitar mientras navega por esta experiencia traumática.
También esperamos que la administración de Correos trabaje con el Gremio para educarse sobre tratamiento de los sobrevivientes de abuso y mejorar la política de uso de redes sociales para que los empleados puedan volver al trabajo que todos queremos hacer: periodismo”, se concluyó.
B.D.N.