Por ocupación, los trabajadores (hombres y mujeres) de la construcción y de "industrias de extracción" como minería, gas y refinería, son los que encabezaron las tasas de suicidio, de acuerdo al reporte de los CDC.
En el informe se analizaron las muertes por suicidio de acuerdo a industrias y ocupaciones, ocurridas en 32 estados y que fueron parte en 2016 del Sistema Nacional de Denuncia de Muerte Violenta (NVDRS, en inglés).
Las tasas de suicidio fueron significativamente altas también entre trabajadores en reparación de automóviles; agricultura, pesca y caza; transporte y almacenamiento, según este estudio que comparó cifras entre los años 2000 y 2017.
Tal como se desprende de este informe, la tasa total de suicidios entre todos los hombres fue de 27,4 individuos por cada 100.000 personas, mientras que en el campo de la construcción fue de 49,4 por 100.000.
En el caso de las mujeres, el global fue de 7,7 por 100.000 individuos mientras que la correspondiente a las mujeres en construcción e industrias de extracción fue de 25,5 por cada 100.000 individuos.
Los CDC señalaron que la reciente expansión del NVDRS a 50 estados podría facilitar las comparaciones directas a lo largo del tiempo por industria y ocupación en todo el país, y destacó a la vez que estos hallazgos ofrecen oportunidades para estrategias de prevención específicas y una mayor investigación de factores laborales que podrían aumentar el riesgo de suicidio.
Investigaciones anteriores indican que el riesgo de suicidio se asocia con un trabajo poco calificado, una educación inferior, un nivel socioeconómico absoluto y relativo más bajo, el acceso por cuestiones laborales materiales letales y el estrés laboral junto a una supervisión deficiente.
Para los CDC las asociaciones industriales, laborales y profesionales, así como los empleadores y agencias gubernamentales tales como el Departamento de Salud, pueden usar esta información para centrar la atención y los recursos en la prevención del suicidio.
Dentro de las recomendaciones, los CDC exponen la importancia de promover el bienestar general de los trabajadores y capacitar al personal para detectar y responder adecuadamente al riesgo de suicidio.
Además, destacan como estrategias de prevención crear oportunidades para la conexión social de los empleados y reducir el acceso a medios o materiales letales entre personas en riesgo de suicidio.