Según cuenta la joven Laura Guerrero, su viacrucis empezó en febrero de este año cuando sufrió un accidente de tránsito y fue llevada por miembros del 911 a ese centro de salud, donde estuvo ingresada desde el 10 al 14 de ese mes y luego le dieron el alta, ya que los ocho médicos que la atendieron consideraron la joven sólo tenía “hematomas”, y algunas lesiones que no representaban peligro.
Guerrero establece que se sentía muy mal y al día siguiente de haber recibido el alta en Hospiten, decidió ir a otra clínica, ya que sentía mucho dolor y se le dificultaba respirar. Para su sorpresa, le encontraron varias costillas rotas, además de líquido en los pulmones que pudo provocarle un edema pulmonar o la muerte.
El 11 de julio iniciaron el proceso judicial contra los abogados de los ocho médicos que la atendieron y contra el centro médico, sin embargo cuanta que solo han tenido reenvíos y aplazamientos. Se quejó de que en principio estaba apoderado del caso un fiscal de nombre Orlando Soto, pero que luego se lo pasado al fiscal Genry Severino, quien ordenó que el caso será llevado a un tribunal civil, en vez de penal.
“Nosotros estamos aquí para que se haga justicia. Este caso no es civil, es penal, porque yo pude haber perdido la vida en ese centro por las malas atenciones y por darme el alta en un momento en que yo estaba en riesgo de muerte”, dijo Laura Guerrero al hacer la denuncia.
Por el caso, además de pedir una sentencia penal contra los médicos que la atendieron, la joven está demandando una indemnización de 20 millones de pesos y 5 millones a cada uno de los galenos que la estuvieron atendiendo en Hospiten.
La atleta denunciante es del área de ultimate frisbee, deporte al que también se le conoce como platillo volador.
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