Bolivia entró el lunes en un vacío de poder e incertidumbre política tras la renuncia del presidente, Evo Morales, presionado por el Ejército y semanas de protestas masivas. También renunciaron todas las autoridades llamadas a sucederle, según la constitución.
La situación era tal que no había fecha para que se reuniera la Asamblea Legislativa, que debía elegir al sucesor de Morales. El presidente de ese órgano y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados también renunciaron.
Mientras la gente festejaba en las calles la renuncia del Morales se registraban saqueos, asaltos y ataques a la propiedad privada, principalmente en La Paz y la ciudad vecina de El Alto. La policía no había normalizado el patrullaje en las calles desde que se amotinó contra el gobierno.
Morales gobernó 13 años y 9 meses y buscaba un cuarto mandato, pero las denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre desataron semanas de protestas. La Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó las irregularidades después de una auditoría electoral.
Cerca del palacio presidencial, un manifestante dijo estar celebrando que Bolivia era “libre”.
Pero otros, incluido el propio Morales, lo vieron como un regreso a la sombría época de golpes de Estado dirigidos por ejércitos latinoamericanos que dominaron durante años la región. Morales solo renunció al cargo después de que el jefe del Ejército, el general Williams Kaliman, le pidiera que dimitiera para permitir la restauración de la paz y la estabilidad.
Morales ya había aceptado el domingo las peticiones de la OEA de que se celebrasen nuevas elecciones dado el “cúmulo de irregularidades observadas” en los comicios del 20 de octubre, cuyos resultados oficiales otorgaban a Morales justo los votos necesarios para evitar una segunda vuelta contra una oposición unida.
En un primer momento no estaba claro quién sucedería a Morales o cómo se elegiría su sucesor.
Su vicepresidente también renunció al cargo, al igual que el presidente del Senado, siguiente en la línea sucesoria. El único otro cargo público mencionado en la Constitución como sucesor, el presidente de la cámara baja, ya había dimitido.
En un primer momento no había indicios de que el Ejército estuviera maniobrando para tomar el poder, pero “creo que tenemos que mirar de cerca lo que hace el Ejército en las próximas horas”, dijo Jennifer Cyr, profesora asociada de ciencias políticas y estudios latinoamericanos en la Universidad de Arizona. “¿Se están extralimitando en su labor?”.
“El vacío de poder deja un espacio abierto en el que podría entrar el Ejército”, señaló.
Morales fue el primer indígena en gobernar Bolivia, y llevó una estabilidad y un progreso económico inusuales, ayudando a reducir la pobreza y la desigualdad en el empobrecido país. Sigue siendo muy popular entre muchos bolivianos. Los partidarios del presidente han chocado con manifestantes opositores en disturbios tras las elecciones de octubre.